La izquierda artística y sus miserias más terrenales.
Hace algunos días saltaba la
noticia: el grupo Ska P era nominado a un Gramy por su álbum 99% en la
categoría de mejor álbum de rock n rol. La respuesta de los vallecanos
no se hizo esperar: “Dádselo a Obama, que lo ponga junto al Nobel de la Paz”.
Inmediatamente la polémica se desataba en las redes sociales. Si lo
recogen mal, si lo rechazan mal también y por supuesto si están
nominados es que algo malo habrán hecho. El caso es criticarlo todo.
En este país está tan asumida e
interiorizada la derrota que no concebimos que la izquierda pueda
triunfar. Seguimos padeciendo una pasión por lo residual, una cultura de
lo minoritario y un fetichismo por la derrota que pone los pelos de
punta.
El razonamiento es el siguiente: ¿Ska P llenan? Vendidos.
¿Korazón Kostra o Feliz saque de Banda no llenan? Es que son auténticos.
Si triunfas es porque eres una pieza más del engranaje capitalista,
claman los obtusos que no se dan cuenta de que, para vencer hay que
triunfar, te llames Fidel Castro y cargues a todo un pueblo a tus
espaldas o te llames Ska P y cargues altavoces y amplificadores. Y para
triunfar se necesita el apoyo de las multitudes. Nadie puede triunfar o
vencer siendo cuatro.
Culpables y motivos hay muchos: una
guerra civil que perdimos, cuarenta años de totalitarismo fascista, la
traición de algunos dirigentes comunistas, una cultura de la transición
vertical e inocua demasiado cómoda sentada sobre el regazo del poder, la
movida madrileña, etc. En definitiva una serie de elementos,
dispositivos y circunstancias que encorsetaron a la izquierda y la
sumergieron en el pozo y el misticismo de la derrota y el culto por lo
minoritario. Seguimos sin darnos cuenta que, en política, lo que cuenta
es con cuántos cuentas, no tener razón. Tras la derrota de la bestia
nazi en el cuarenta y cinco, los aliados capitalistas —EE.UU y UK—
propusieron que el Vaticano (como guía espiritual) participara en la
Conferencia de Yalta y otros encuentros post Segunda Guerra Mundial.
Stalin representando a la URSS, el tercer aliado en discordia, les
respondió que de cuántas divisiones acorazadas disponía El Vaticano. Esa
y no otra es la clave de la política. Cuántos te siguen y de cuántos
fusiles dispones.
Bajo un prisma racional deberíamos
congratularnos de un grupo que dice «estar orgulloso entre el
proletariado», y que denuncia la tauromaquia, los esquiroles, el
imperialismo, el capitalismo, el genocidio sufrido por el pueblo
palestino, el abuso policial, etc.
Deberíamos alegrarnos de que un grupo
con ese tipo de letras suene en todas las verbenas de los pueblos. Un
grupo que toca en el extranjero y llena pabellones, que ha escrito un
himno a la revolución bolivariana, que trasciende los marginales
círculos de izquierda, que tiene videoclips en youtube dedicados a los
paramilitares colombianos o denunciando el drama de los niños soldados
con más de cuatro millones de visitas. ¿Es algo guai no? Pues no, hay
que criticarlo. Si triunfas por algo será: porque eres un vendido.
En
este país hay gilipollas tan supremos que en 1917 serían capaces de
criticar a Lenin porque oye, este notas está triunfando y las masas lo
siguen, es un puto vendido. El problema es que hay gente que no entiende
que un artista comprometido pueda vivir de su trabajo.
En el pasado
nadie cuestionaba a Picasso por vender sus cuadros, a Lorca y Miguel
Hernández por vender sus libros, a Berlton Brecht por vender sus obras
de teatro, a Sergei Eisenstein por cobrar tras realizar Octubre o El acorazado Potemkin.
Hoy sí.
Si vivieran hoy día serían linchados: ¿qué es eso de vivir de
tu arte en lugar de dar todo lo que ganas al África subsahariana? Me lo
estoy imaginando: el Twitter de Lorca lleno de menciones. «Eh mariconazo, el otro día estrenaste Mariana Pineda en el Olimpia y estaba petao d gente. Entrada x 20 euros. #Vendido!!» O el Twitter de Miguel Hernández con una foto de El rayo que no cesa: «a la venta en El corte Inglés. Tú antes molabas». O en plan: «mira
pepito que saca poemarios que son cuatro hojas fotocopiadas y los vende
en mano en sus recitales. Eso sí es un poeta del pueblo y no tú».
La
lógica que subyace de este razonamiento infantil es la siguiente:
puedes escribir libros, pintar cuadros o sacar discos, pero NO PUEDES
vender muchos libros, vender muchos cuadros o vender muchos discos. De
la misma forma tampoco puedes recibir muchos votos o recibir mucho apoyo
social. Ada Colau lleva años militando en movimientos autónomos, cuando
nadie la conocía era una militante auténtica y verdadera, ahora que ha
saltado a la palestra mediática es una vendida reformista cooptada por
el sistema a modo de freno ante las verdaderas aspiraciones
revolucionarias. La izquierda tenemos que ser pocos, minoritarios,
residuales.
Menos reconocer que, a diferencia de nosotros, alguien en
alguna parte está haciendo bien su trabajo, lo que sea.
Yo lo que sé es que Ska P han tocado por
la cara para Bukaneros, para los mineros, para el SAT... y que tú no. Y
que siempre están ahí cuando se los necesita y la causa lo merece. ¿No
se os ha ocurrido pensar que quizá Ska P son más pegadizos, más buenos,
tienen más carisma, etc. que Korazón Kostra o Feliz saque de Banda? A mí
personalmente no me apasionan, no soy muy de ese tipo de ska, pero me
alegra que un grupo con esas letras llene estadios y le haga competencia
a El canto del loco y a Melendi. Luego escarbando un poquito, descubres
que los que más ferozmente critican, resulta que tienen un grupo o
están en un grupo, o estaban en un grupo. O son amigos del bajista de
Feliz saque de banda que sólo toca en okupas. Entonces todo cuadra.
En realidad, los mismos que critican a
Ska P son los mismos que cuando llega el 11 de septiembre llenan su muro
de Facebook de odas a Salvador Allende pero en cambio se pasan la vida
criticando con vehemencia a Chávez y Morales acusándolos de viles
reformistas. Claro que Allende murió, perdió, fue derrotado y vencido
por el enemigo. Chávez y Morales han cometido la osadía de vencer. Por
tanto son unos vendidos. Si el golpe en Venezuela de 2002 hubiera
triunfado y Chávez hubiera terminado con un tiro entre las cejas y el
país sumido en una férrea dictadura fascista con miles de desaparecidos,
entonces Chávez molaría y sería un gran revolucionario.
Es gente que no
busca vencer, busca mártires. Y obviamente los mártires deben ser
siempre otros, no ellos. Son los mismos que se pasan la vida clamando
por la lucha armada pero no la practican, que la practiquen otros que yo
ya la apoyaré por Facebook y Twitter. Si entendieran el marxismo que
dicen pregonar se darían cuenta de que no tiene sentido hablar en
términos de «vendidos» porque un asalariado lo es igual, TODOS ESTAMOS
VENDIDOS AL CAPITAL, es el principio, el núcleo, la regla del juego bajo
condiciones capitalistas de producción. El que no dispone de medio de
producción vende su fuerza de trabajo. El problema es que muchos
todavía viven en casa de sus padres y no han conocido en su vida el
tenebroso mundo de la empresa privada. Apuestan por el Todo o Nada, el
todo es ese mundo utópico en el que sueñan con derrotar a cosacos a
caballo y soviets en Leningrado, en la nada, que es lo que tenemos,
viven de puta madre. Así cualquiera.
Si tienes un grupo y tu grupo toca en un
local para cincuenta personas y Ska P la peta en un estadio para
50.000, tienes dos opciones. La primera es asumir que ellos son más
buenos o que, simplemente, saben conectar mejor con la gente, no pasa
nada si tu grupo es minoritario o underground. De hecho todos los grupos
empezaron siendo minoritarios y underground. A mí me encanta Charly Efe
y no llena estadios, pero no voy a enfadarme porque Ska P sí los llene.
Me alegro de que un grupo con mensaje triunfe, nos conviene, nos
interesa. La segunda opción es lloriquear diciendo que son unos vendidos
y tú el auténtico. Los que optan por la segunda opción, nunca llegarán a
nada. No son de izquierdas, son neoliberales encubiertos, pues sólo
creen en sí mismos y en su ego. Deberían abandonar la música y dedicarse
a estudiar algún máster de coaching o de marketing financiero y hacerse
emprendedores. Y seguir besando culos.
También me los imagino criticando al
pobre Marx que tenía que escribir artículos en el New York Tribune para
sencillamente, poder pagar facturas: «¿Qué? ¿te paga bien la prensa
burguesa?» Es entonces cuando Marx citaría la sabiduría del maestro
Evaristo para recordarnos aquello de: Nunca serás un vendido, tú nunca te venderás / es porque a ti so cretino, nadie te quiere comprar.
PD: No busquéis en Youtube a Korazón
Kostra o Feliz saque de banda. Auque os seduzca que sean minoritarios y
que por tanto molen, no existen.
Extraido de KaosenlaRed