8 ene 2008

Entrevista a Fernando y José, portavoces del centro cultural La Piluka.

"Por nuestra prácticas y discursos, los fascistas nos sitúan como sus antagonistas naturales [...] Su objetivo parece claro, amedrentar y dificultar la actividad del Centro Cultural. [...] La respuesta de los movimientos sociales ha sido muy rápida, muy calurosa y muy importante para nosotros."

¿Como ocurrieron los hechos el día de la última agresión?

En la noche del viernes 21 de diciembre el Centro Cultural La Piluka, ubicado en el Barrio del Pilar (Madrid), sufrió el asalto premeditado de un grupo de ultraderechistas. Unos 10 individuos, que iban armados con palos, irrumpieron en el local lanzando bengalas industriales y agrediendo a las personas que se encontraban en el interior. Uno de ellos llegó a arrojar una bombona de butano contra un miembro del centro. Como resultado de la agresión, tres compañeros tuvieron que recibir asistencia médica por diversas contusiones y brechas en la cabeza. Las bengalas causaron un pequeño incendio que pudo ser sofocado mediante extintores por los propios compañeros.


¿Por qué los nazis se empeñan en atacar un espacio como La Piluka?

Creemos que el trabajo político-comunitario que venimos realizando desde La Piluka, lo convierte en un objetivo muy atractivo para grupos de fascistas más o menos organizados que nos sitúan, por nuestras prácticas y nuestros discursos, como sus antagonistas naturales.

Aunque en los últimos años ha habido una especie de calma tensa en el barrio, con actos racistas y agresiones puntuales por parte de grupos de neonazis y respuestas más o menos intensivas, creemos que este ataque supone un salto cualitativo muy importante. Lo asociamos a una mejora en sus niveles de organización y creemos que, de una manera u otra, está vinculado con las agresiones que se vienen produciendo en Madrid y en el resto del Estado en los últimos meses, y cuya expresión más dramática fue el asesinato del joven Carlos Palomino, también en Madrid, a manos de un militar neonazi el 11 de noviembre del año pasado.
El hecho de que el asalto lo realizaran por la noche, cuando más vulnerable es el espacio, el empleo de bates y bengalas industriales, así como el conocimiento que mostraron del espacio durante el ataque, su rapidez y la frialdad con la que actuaron nos lleva a pensar que el ataque fue premeditado. Intentaron causar el mayor daño posible a las personas que se encontraban en el interior del espacio, así como al propio local. Su objetivo parece claro: amedrentar y dificultar la actividad política del Centro Cultural.

La oposición y articulación de respuestas vecinales a las diferentes actividades de corte racista y a las agresiones de grupos, más o menos, vinculados al partido filonazi Democracia Nacional, con sede hasta hace poco más de un año en el barrio, nos sitúa claramente como el espacio de oposición a las prácticas fascistas más representativo y activo del barrio, con los posibles riesgos, calculados y asumidos, que eso supone.


¿Hay antecedentes de la agresión? ¿es habitual el encuentro con nazis en el barrio?

Al menos desde principios de los noventa diferentes grupos vinculados a la organización neonazi Bases Autónomas (BBAA) tenían un buen caldo de cultivo en algunas zonas del barrio. Durante años, el grupo nazi Brigadas del Barrio del Pilar (BBP) actuó impunemente en la zona. Se registraron multitud de agresiones, principalmente contra personas sin techo, toxicómanos, inmigrantes y activistas de izquierda. A finales de los noventa, los medios comenzaron a hacerse eco de la proliferación de este tipo de grupos y organizaciones ultraderechistas y sus continuas agresiones. Estas campañas de los mass media, el rechazo social acumulado y el nacimiento de experiencias políticas basadas en la autoorganización y el apoyo mutuo en los barrios, así como la propia lógica interna de estos grupos, contribuyó a que su actividad disminuyera significativamente, al menos en nuetro barrio.

Con la llegada de la sede de DN a la zona, hace tres años y medio, comenzó a vivirse una especie de calma tensa, rota finalmente por la brutal agresión que 30 simpatizantes de este partido protagonizaron en 2006. Uno de los agresores detenidos resultó pertenecer a la Brigada de Paracaidistas de Alcalá de Henares. De nuevo un militar. El proceso judicial sigue su curso con amenazas por parte de los agresores a la persona que resultó herida y a su familia. La respuesta vecinal impulsada desde La Piluka ante estos hechos supuso el abandono de DN de su sede estatal, ubicada en el corazón del barrio del Pilar.
Meses antes de esta agresión, las juventudes de Democrecia Nacional (DNJ) convocaron un campeonato de fútbol en el barrio bajo el lema “Los españoles primero”, en referencia al uso de las instalaciones deportivas situadas en los parques del barrio. La respuesta organizada contra esta convocatoria xenófoba obligó a que DNJ suspendiera el “campeonato”.



¿Cual ha sido la reacción del vecindario frente a las agresiones?

En general estamos muy contentos con la respuesta, no sólo del vecindario sino también de los colectivos, centros sociales, asociaciones vecinales e individuos con los que venimos trabajando desde hace años dentro y fuera del barrio.
La respuesta de los movimientos sociales ha sido muy rápida, muy calurosa y muy importante para nosotros. Si ya sabíamos que no estabamos sólos, ahora hemos podido comprobar lo que la solidaridad activa supone y lo importante que es. Queremos agradecer a todos estos colectivos y organizaciones el apoyo brindado.
En cuanto al vecindario y las organizaciones sociales que trabajan en el barrio, a medida que han ido conociendo lo ocurrido han mostrado, primero su perplejidad y después, su total apoyo a las iniciativas que pusiéramos en marcha.
En cualquier caso en la manifestación del día 12 veremos hasta que punto hemos sido capaces de transmitir la gravedad de lo ocurrido. Será un buen momento para medir cual es el apoyo real que tenemos en el vecindario.



¿Qué expectativas tenéis para el día 12? ¿En que consistirá?

El día 12 esperamos poder dar una respuesta contundente y organizada a los grupos de ultraderecha que operan en el barrio. Para conseguirlo hemos convocado una manifestación bajo los lemas Construyendo barrio, Organizados frente al fascismo, que queremos que sea multitudinaria para mostrar que el Barrio del Pilar es y será antifascista, y que igual que en otras ocasiones estaremos con la cabeza bien alta y visible señalando a los culpables de estos hechos, así como a quienes los promocionan, amparan y sostienen.

Queremos poner de frente a la realidad a los partidos políticos y a los concejales de la Junta Municipal de nuestro distrito para que tomen partido, y saber que es lo que de verdad piensan.
Por último, a través de esta convocatoria queremos seguir construyendo barrio, como dice uno de los lemas de la manifestación, fomentando la autoorganización, la autogestión, el trabajo comunitario, la solidaridad y el apoyo mutuo; construyendo otro tipo de sociedad más justa, alejada diametralmente del modelo dominante del paradigma neoliberal.

Creemos que el espacio de encuentro, de conversación y de expresión identitaria hacia el barrio que permite este tipo de eventos es muy interesante para continuar mejorando las redes de trabajo y la participación política en el barrio y fuera de él. Nuestra idea es revertir lo sucedido y hacer pública nuestra actividad como espacio de intervención cultural y política.


¿De qué manera se puede combatir el fascismo desde los barrios?

Comentaremos algunas de las formas que nosotros consideramos más importantes, aunque sin duda son muchas más:
En primer lugar, a través del trabajo comunitario que se realiza, por ejemplo, desde los centros sociales. Los espacios de encuentro que generan, los valores por los que se rigen y las formas de hacer las cosas, hace de estos espacios referentes antagónicos a las prácticas fascistas y favorecen el asentamiento de una conciencia crítica y solidaria en los barrios, alejada de los fantasmas que agita la ultraderecha, y no sólo ella.

Esta es para nosotros la apuesta más fuerte y arriesgada, y sólo puede ser realizada desde un trabajo prolongado en el tiempo y asentado territorialmente. El reto está en la construcción de proyectos que incoporen un plano político, social y cultural, crítico y alternativo, capaces de fomentar el trabajo en colectivo y por el bien común. En la medida en que esto sea conseguido, se le restará influecia y legitimidad al discurso de la extrema derecha y al de quienes de manera activa o no, la alientan y sostienen.Ádemás, a través del trabajo en los centros educativos: es muy importante poder incidir en los espacios más sensibles, donde estos grupos tratan de captar a jóvenes más o menos desorientados y desencantados con su situación vital.

Promover proyectos de prevención de conductas xenófobas y racistas en los centros educativos, que puedan apoyar la constitución de espacios autónomos que desarrollen activismo cultural y político, es otro de los papeles que se deben afrontar y asumir desde la sociedad civil organizada. Por otra parte, a través de la respuesta directa en los barrios, ciudades y pueblos donde actuan impunemente.
Es importante que los miembros, grupos y organizaciones de extrema derecha sientan la presión social cuando van por la calle, cuando están en los bares o cuando quieren organizarse a niveles superiores. El que sepan que el vecindario les rechaza y que además puede dar respuestas articuladas y contundentes a su mera existencia, es un paso necesario para que dejen de existir.