22 sept 2007

OPINION: ACTUALIDAD


Comienza la "precampaña electoral", la clase política se agita y revuelve llamando nuestra atención con el objetivo de siempre: perpetuarse en sus cómodas poltronas desde donde seguir tramando y recrudeciendo la explotación de la clase obrera. Para ello, no escatiman en promesas y buenas intenciones. Nada nuevo bajo el sol.
A nivel internacional la actualidad la marca la economía capitalista globalizada:
Era ayer mismo, en julio, que los jerarcas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Europea declaraban a bombo y platillo que la economía mundial estaba en su apogeo y que iban a aumentar todavía más las ya elevadas previsiones de “crecimiento económico”. Dos meses después, una ola de pánico acogotaba a los amos del mundo...Y no era para menos, porque este agosto hemos estado a punto de que se desencadenara una sucesión de quiebras bancarias en cadena y un desplome generalizado de las Bolsas internacionales: un crash mundial que no hubiera tenido que envidiar al que en 1929 dio inicio a la Gran Depresión, la peor crisis jamás vivida por el capitalismo.
Ante este panorama, los capitalistas mundiales ya han empezado a tomar medidas "correctoras" que mejoren un poco su opulenta situación. Fruto de estas "medidas" la clase obrera en su cojunto sufre la explotación cada vez mas dúramente, la ofensiva medíatica del capitalismo continúa su eterna labor de lavado de cerebro de las masas de manera mas agresiva si cabe, intentando convertirnos en clones a imagen y semejanza de sus sueños: Robots trabajadores-consumidores de pensamineto único.
En la calle el fascismo avanza,las agresiones por parte de bandas nazi-fascistas de las que son objeto militantes de izquierda, sindicalistas, homosexuales e inmigrantes en su gran mayoría, se multiplican ante la pasividad de policía e instituciones.
El fascismo institucional se sigue reproduciendo como en tiempos de la dictadura militar de franco, las toruras físicas y psíquicas a militantes revolucionarios son de pleno uso en comisarías y cárceles como lamentablemente todos sabemos.
Ante éste desolador panorama, sólo cabe concebir que la organización de l@s trabajador@s, de manera independiente de los tentáculos del estado, es la única salida que existe para hacer frente al salvaje capitalismo.
Uniendonos contra la explotación laboral, el fascismo institucional y el fascismo en la calle construimos la fuerza capaz de cambiar el orden de cosas y derribar el sistema capitalista.
Sólo el pueblo salva al pueblo.
Unidad y lucha!