No es de extrañar el siguiente título. La discapacidad desde siempre ha estado sometida al rechazo, a la mofa, y a la consideración de un tema poco conveniente para dar accesibilidad a las personas que la poseen y mucho menos para integrarlas en la sociedad “normal”.Desde la prehistoria han existido personas con discapacidad y hasta hace muy poquito han gozado de algunos derechos y programas de ayudas. Sin duda alguna se puede decir que a partir del Siglo XX empiezan a tener un eco en la sociedad. Sin embargo no podemos dar palmadas de alegría.
Este asunto es muy importante para tod@s aquell@s políticos y políticas que, desde que se formaron las democracias liberales, pueden hacer campaña metiendo en sus programas electorales programas sociales para la integración de estas personas. Sí, es cierto que ha habido un avance importante, pero como en casi todo, hay hipocresía y es muy bonito asegurar la igualdad y el respeto, pero pocos países cuentan con verdaderos apoyos a las personas con discapacidad. Esto lo demuestra España, un ejemplo a seguir como un país de “libertades”, pero que poco se distingue de otros países en el mundo de la discapacidad. Para empezar a poner ejemplos y lo que verdaderamente hace interesante el artículo son los escasos programas sociales que verdaderamente meten a la discapacidad en sus objetivos. Alcobendas con no pocos programas sociales no iba a ser menos: Una región que presume de otorgar programas municipales en sus colonias de verano a las niñas y niños de la región les ofrece casi 2000 plazas y ¿cuántas a la discapacidad? Unas 40 plazas, las cuales se reparten entre las personas mayores de edad y los menores de edad en dos quincenas del mes de Julio. Otro ejemplo es el programa municipal Cultura en Familia que ofrece ocio los fines de semanas a las familias del municipio pero que… ¿cuentan con apoyo a las personas con discapacidad en caso de que algún fin de semana recurra al programa una persona con discapacidad? NO. Estos son algunos de los ejemplos, los cuales hacen ver la falta de ayuda de los municipios al tema de la discapacidad que no facilitan la integración de las personas con discapacidad en los servicios que se otorgan al resto de la sociedad sin menospreciar la labor de asociaciones que luchan por la integración de dichas personas.
Pero esto es poco si también tenemos en cuenta que de momento en pocos países, y que se me corrija, en ninguno, las personas con discapacidad psíquica no pueden votar a aquellos y aquellas que se las dan de prometerles avances, integración e igualdad pero que no hacen leyes para que estas personas puedan elegirles. Vamos que “te vamos a gobernar y a dirigir, pero no te dejaremos elegirnos”. Ole esos aires de libertad.
Pero no seamos únicamente injustos con l@s de arriba que al fin y al cabo escasean de una verdadera visión de la realidad. El problema tendrá una verdadera solución cuando la sociedad empiece a aceptar a este género, empezando por respetarlas y acabando por no denominarlas deformes, tontit@s, subnormales, tarad@s, disminuid@s o minusválid@s ya que estos términos implican negación, menosprecio y no una alteración de unas cualidades, que es lo que realmente es.
