28 sept 2011

(Opinion) Condesa Aguirre… ¡recuerda a María Antonieta y la guillotina!

La condesa Aguirre ha comparado el 15-M con la Francia de 1793... expolio de los ciudadanos honrados, rebelión social ante los abusos de las rentas más altas y guillotina... ¡ ay, ese subconsciente!


Condesa Aguirre: 1793, conciencia social, democracia directa... y guillotina
A la condesa y Grande de España, Esperanza Aguirre y Gil de Biedma le traicionó ayer el subconsciente al asociar 15-M con los sucesos de 1793 en Francia. También aludió al movimiento de los jacobinos.
Dudo que esta individua sepa mucho de los acontecimientos de 1793 (salvo el que a algunos de sus homólogos le dieronsu merecido) o de los jacobinos (a excepción de su similitud fonética con los precocinados de jamón york y queso).
Pero, como afirman los chinos, “hasta un reloj parado acierta dos veces al día”. Este ha sido uno de esos momentos en que la condesa, incansable defensora de las rentas más altas, ha atinado.
Y es que por fortuna, en ocasiones, pocas, pero cíclicas y, sobre todo, inevitables, las masas toman conciencia del colosal engaño que—hoy bajo apariencia democrática—les esquilma en beneficio de los sectores más acaudalados y a menudo parasitarios.
Pues bien, todo parece indicar que el movimiento 15-M puede ser la levadura que fermente a las masas.
La condesa, huérfana de cultura, solidaridad e inteligencia, es, desgraciadamente, pródiga en intuición, malas artes y astucias, por lo que no se le ha escapado la proyección del movimiento 15-M y la dimensión que puede alcanzar.
Y,empleando la terminología de mis ancestros vallecanos: “tiene un canguelo que se le nota”. Lo entiendo. Yo me sentiría igual en su lugar.
Ciertamente, siempre habrá descerebrados que, desde su condición de desempleo o mileurismo, rebuznen contra “la injusticia del impuesto de patrimonio”, “el desaforado gasto público”, la “imposibilidad de mantener el estado del bienestar”, etc. Bueno, nada podemos hacer con quienes han escogido instalarse en el tópico y la estupidez.
Pero las cortinas de humo que camuflan la estafa neoliberal (o sea, el saqueo de las rentas medias y bajas por parte de las altas) se irá disipando pese al humazo que, día a día, vierten l@s prostitut@s mediátic@s y l@s politicastr@s de sueldos estratosféricos, jubilaciones doradas y culos orondos y celulíticos.
Por ello albergo pocas dudas sobre cual va a ser el escenario más encarnizado de las “guerras” que se avecinan: la comunicación. La clave durante los próximos años—tal vez meses—radicará en la capacidad de engaño, tergiversación y criminalización que el neoliberalismo pueda desarrollar.
Por desgracia, en España padecemos una alta densidad de idiotas por metro cuadrado. Pero a todo el mundo no se le puede engañar durante todo el tiempo y en todas las ocasiones.
Así, dardos de fuego como el intento de criminalizar a los profesores para justificar la degradación de la enseñanza pública, se han apagado en luminosas verdades como la subvención educativa a los ricos para que lleven a sus hijos a colegios de élite o el gasto (similar al supuesto ahorro) para cambiar las papeleras de Madrid.
Por su parte, el manido, falso y empalagoso argumento de “no hay dinero para… por lo tanto hay que recortar en…” colisionará contra una verdad flamígera: si no hay dinero es porque la “presión” fiscal recae sobre las rentas del trabajo y los productos básicos de consumo, mientras las rentas del capital eluden sus obligaciones fiscales.
Y han de ser de dominio públicolos insultantes datos de fraude fiscal… 90.000 millones de euros robados anualmente por los empresarios (término tan desacreditado que comienza a ser sustituido por el de “emprendedores”).
A lo anterior debemos añadir queel 25% de nuestro Producto Interior Bruto es dinero negro, que los últimos años han constituido un rosario de rebajas fiscales a las rentas más altas con la coartada de que así se crearía empleo, que subsisten los paraísos fiscales, que la constitución de las infamantes SICAV se publican en el Registro Mercantil… por cierto, desde mi modestísima barricada (www.izquierdadigital. es) me voy a molestar en reproducir esos anuncios del Registro Mercantil para que se divulgue el nombre y apellidos de esa canalla social…
En suma, que el ultraliberalismo de Esperanza Aguirre no constituyemás que un colosal montaje, un cáncer en forma de estafa cuya metástasis se extiende por todo el tejido social, en perjuicio de una mayoría honrada, pacífica y trabajadora que es saqueaday manipulada… hasta que se de cuenta.
Sí, nos encontramos ante un timo descomunal en beneficio de las rentas más altas, que se intenta legitimar mediante el mero hecho del barniz de unas elecciones cuatrienales previa una manipulación grosera y desmedida y donde se hurta el debate y se apaga cualquier voz crítica.
Espero, confío y deseo que esta percepción llegue a todo el segmento social que es víctima, la mayoría. Y a eso vamos a contribuir algunos desde nuestras pequeñas trincheras mediáticas y sociales. No nos van a callar. No nos van a asustar. No nos van a comprar. No nos van a desanimar.
AsegurabaMargaret Mead“Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueden cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado”. Dudo que la condesa Aguirre conozca esa frase y seguro que no sabe quien fue Margaret Mead (que no Marga Retmead), pero, no importa que seamos pocos, si conseguimos que millones de personas (ahora atontolinadaspor la telebasura, las heces mentales de la caverna y la verborrea de politiquillos) se percaten de la colosal estafa que he referido en esta columna.
Así, , quienes pensamos en términos de humanidad y no nos prostituimos moral ni intelectualmente, esparciremos los pequeños granos de mostaza de nuestra voz, recordando que la mostaza es la más diminuta de las semillas pero que acaba convirtiéndose en un gran árbol, visible por todos.
La añosa condesa Aguirre sabe que el movimiento 15-M trabaja en esa línea. Y, ¡cómo no… recuerda con "canguelo" 1793, la guillotina y María Antonieta! Y es que, parafraseando a Joaquín Sabina… le sobran los motivos.