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2 oct 2013

Dos macrojuicios sentarán simultáneamente en el banquillo a 190 militantes de organizaciones políticas vascas

Mientras el proceso de paz trata de avanzar en Euskadi, siguen adelante causas abiertas contra la izquierda soberanista vasca de dudosa sostenibilidad jurídica. Sectores de la sociedad vasca apuntan a motivaciones políticas. 
 
El próximo mes de octubre se iniciará ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional la vista oral de dos macroprocesos simultáneos, cuyo único precedente inmediato es el histórico 18/98, en el que concurrieron como imputadas 60 personas, y que se prevé lenta y costosa.

En esta ocasión serán juzgados 40 miembros y dirigentes de Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y Batasuna, entre los que se encuentran Arnaldo Otegi, Rufi Etxebarria y Joseba Permach, y otros 40 militantes de la organización juvenil independentista Segi, once años y medio después de las primeras detenciones que dieron principio a los procesos, en 2002, cuando estas organizaciones eran aún legales.

Las acusaciones se formulan por los delitos de pertenencia a organización terrorista, en los grados de miembro y de dirigente, y de colaboración con organización terrorista, por los que el Ministerio Fiscal pide un total de 612 años: 372 en el caso de Batasuna y 240 en el de Segi. Además, los administradores de 110 “herriko tabernas”, sin que ninguno de ellos esté acusado en los procesos, deberán comparecer en el primero en calidad de presuntos responsables civiles. La acusación ha solicitado también el comiso de los bienes, sin concretar número, de estas “herriko tabernas”, constituidas en su mayoría como asociaciones culturales, deportivas o gastronómicas.

Las pruebas sobre las que descansan las acusaciones están constituidas básicamente por informes policiales. Con la consideración de esos informes como pruebas periciales, y la calificación de sus autores como peritos, podría darse la paradoja de que lo que debiera ser objeto de prueba se convirtiese en prueba de cargo, originándose así una vulneración flagrante de los derechos fundamentales a la defensa, a la prueba y a un juicio con todas las garantías sin que se produzca indefensión.

Las personas acusadas, en su gran mayoría han ostentado en determinados momentos cargos electos en diferentes instituciones. Otras han desarrollado o desarrollan actividades políticas públicas a través de partidos políticos legales y otras ni siquiera han tenido una especial significación en los mismos.

No es fácil entender que en el momento político que se vive actualmente en Euskal Herria se vayan a juzgar conductas estrictamente políticas, desarrolladas hace más de diez años, en un procedimiento que tiene su origen y evolución más en consideraciones de política criminal que en hechos delictivos.

Entre los 40 jóvenes independentistas acusados han cumplido ya 50 años de prisión preventiva frente a los 28 años que también han pasado ya en la cárcel los acusados en el proceso de Batasuna. De ellos, 32 denunciaron torturas.

http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article58496


8 apuntes ante la última redada

1- Josu Erkoreka ha afirmado que la ertzaintza no tuvo conocimiento previo de que se iban a practicar detenciones y que se limitó a hacer una labor de asegurar el orden público. El orden público hubiera supuesto detener a la guardia civil y no ninguna otra cosa. El PNV sigue ocultando su responsabilidad en el uso de la violencia resguardado tras la ley española mientras abre cabezas de abertzales.
 ¿Cuántas personas de entre las que tomaron parte en el escenario del Alderdi Eguna del PNV sí tenían ese conocimiento previo?. Algunas declaraciones producidas durante el Alderdi Eguna y posteriormente repetidas por responsables del PNV tras la operación para acolchar el golpe represivo hacen intuir un guión preparado de antemano. La responsabilidad del PNV en la violencia de estado sigue siendo obvia. ¿De qué hablan Rajoy y Urkullu?.

2- Las declaraciones efectuadas por uno de los responsable del PSOE, Jesús Eguiguren, a través de un texto en su blog, han recorrido las redes sociales y han sido recogidas profusamente por la prensa.
 En el texto se rechaza la operación efectuada contra Herrira y se lanzan acusaciones contra el gobierno español y el de la CAV. Se ha hecho común en los últimos tiempos priorizar mediáticamente lo que diga Eguiguren en vez de lo que haga su partido del que no es un simple militante de base. Aprovechando la ansiedad de la sociedad vasca en materia de resolución del conflicto, está sirviendo para acolchar las responsabilidades del PSE y blanquear una trayectoria que no le ha hecho mas que situarse al lado del PP en un apoyo sin fisuras a la vía represiva y a no moverse más que para avanzar en el proceso de guerra contra Euskal Herria.

3- ¿Dónde están organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional?. Tan preocupadas en otras ocasiones y que no dudan en realizar grandes despliegues propagandísticos según lo requieran. Lo ocurrido ayer en Euskal Herria es un acto de máxima gravedad en el contexto europeo, que en otras latitudes supondría un escándalo. La industria internacional de la paz es un tapón a la denuncia de lo que ocurre en Euskal Herria haciendo uso de pequeñas válvulas para que la olla no hierva. La UE mira hacia otro lado mientras prepara su ingeniería.

4- La estrategia represiva no responde a lo coyuntural, ni da respuestas espontáneas a sucesos concretos. La posibilidad de atacar a a Herrira estaba tomada hace tiempo, siendo parte de una estrategia global no desterrada por el estado. No supone un salto represivo sino una continuidad. No supone una vuelta al pasado sino que es parte de este presente y de estrategias totalmente en activo. La estrategia ilegalizadora en todas sus variantes y el modelo de chantaje político. El queso y la descarga eléctrica. Son los estados los que tienen que abandonar sus corruptos intereses sobre la población vasca, en primer lugar abandonando toda coerción para que Euskal Herria no decida sobre sí misma. Es obvio que no lo van a hacer por sí mismos, por lo tanto tiene que ser el mismo pueblo vasco el que construya su propio terreno de juego, piense de manera independiente, refuerce su identidad, presione a los elementos opresivos y represivos y ademá no caiga en la regresión en la que quieren enquistarnos aceptando sus racionalizaciones y la normalización de la injusticia.

5- No se puede bloquear algo que no está abierto. No se puede torpedear un proceso de paz que no existe. No se pueden confundir deseos con realidad. La realidad es que existe un proceso de guerra contra Euskal Herria y una muestra muy gráfica que debería disipar las dudas de haberlas es lo ocurrido ayer. No hemos entrado en un nuevo tiempo aún. Y es muy importante saber si se está o no en uno. Ya que todo análisis y dinámicas a llevar a cabo pueden distorsionarse por ello. No es lo mismo trabajar en un proceso de paz que trabajar por abrir un proceso de paz. No es lo mismo trabajar por la convivencia que trabajar por la justicia que pueda dar paso a la convivencia. El estado tiene por ahora suficiente fortaleza para mantener así la situación vasca si el eje prioritario es la solución y no la liberación, siendo la solución una consecuencia natural de ésta. La resolución del conflicto no debe ni tiene porqué abandonar el escenario pero el escenario debe ser confrontador y la presión el eje vertebrador que es complementario a la acumulación de fuerzas. Una vía vasca contundente hacia la liberación nacional y social será lo que paradójicamente ablande el terreno de la solución o haga que la unilateralidad de un proceso soberanista se imponga.

6- La represión es independiente al actuar del oprimido. Si el oprimido llega a creer que dependiendo de sus acciones o falta de ellas, el estado actuará de una u otra forma en las claves que mantienen la opresión, se crea automáticamente el terreno de juego donde el propio estado podrá condicionar e incluso vehiculizar el accionar del oprimido. Sin embargo, cuando la acción del oprimido es independiente a esa creencia, es el opresor el que será condicionado y vehiculizado, y la presión que reciba el estado dañará que tenga control sobre la voluntad del oprimido. Es precisamente la intensidad de la reacción del oprimido lo que le hace salir del terreno de juego marcado para condicionarle. Cuando esa reacción es lo suficientemente intensa y va unida a un proceso de ruptura de la opresión es cuando llegan los problema para el estado porque el terreno de juego se le escapa del control. La represión empieza a ser condicionada realmente cuando los elementos de la opresión están bajo presión.

7- En el supuesto nuevo tiempo ya no habría excusas estatales, todos los abertzales se unirían, todo sería posible, desaparecería la represión, desaparecería el principal estorbo para la lucha, se extendería el internacionalismo en los estados, la economía de Euskal Herria mejoraría, lo político tomaría la primera plana, no se le haría el juego a la reacción y habría paz. ¿Suena bastante no?. Si a estas alturas todavía alguien sigue creyendo a pie juntillas estos dogmas históricos que se fueron instalando a lo largo de los años, ya es hora de que despierte a la cruda realidad. Los discursos intencionados y las excusas estatales no son mas que eso, excusas. No se puede seguir indefinidamente creyendo que lo que quiere el estado es una “vuelta al pasado” porque eso es no hacerse cargo del presente y no creer una realidad muy básica: Los estados español y francés oprimen a Euskal Herria, eso es lo que quieren, eso es lo que han querido y eso es lo que querrán. Están cómodos por ahora pese al auto-engaño, y va a requerir ciertas readecuaciones, nuevos impulsos importantes y la variación de ciertas coordenadas vistas hasta ahora como inamovibles para hacer que no lo estén, sobre todo en el apartado de la construcción nacional y social, la confrontación, y el diseño de caminos que nos lleven como pueblo hasta el tope del muro impositivo y mecanismos para atravesarlo.

8-Por último, una frase de Victor Serge y que la deberíamos tener grabada en la sangre. La represión es eficaz cuando va en el sentido del desarrollo histórico; es, en fin de cuentas, impotente cuando va contra el sentido del desarrollo histórico. El desarrollo histórico no es otra cosa más que el resultado concreto y dinámico de la lucha de clases y de los pueblos, nada más y nada menos. La conclusión es que no existe ninguna policía ni sistema represivo en el mundo por muy poderoso que sea que pueda parar a una masa popular en alza consciente de su deber histórico y que la clave absoluta reside en el pueblo, no en lo que haga o deje de hacer el sistema represivo y las fuerzas que lo sostienen.

LaHaine