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La empresa TMB, que había permanecido inmóvil ante las movilizaciones, ha accedido finalmente a reunirse y a negociar con los representantes de la asamblea de trabajadores ante la amenaza de una nueva huelga, esta vez indefinida, en plena campaña para las elecciones generales. Otro caso que también es polémico, aunque los medios convencionales no lo hayan comentado, es el de FRAPE-BEHR, una filial de una multinacional automovilística situada en la Zona Franca de Barcelona, que ha decidido cerrar y lo ha hecho con la oposición activa y absoluta de los trabajadores, que, una vez más, se han encontrado con el rechazo del Gobierno de la Generalitat, que ha aprobado un ERE que permitía el despido a dedo. En el momento de cerrar esta edición, un centenar de trabajadores llevaban casi una semana encerrados en el edificio reclamando la viabilidad económica de la fábrica y sus derechos laborales.
Este sector, el del automóvil, también ha tenido otros casos como son los de Nissan y Mercedes. Los dos presentan diferencias: mientras en el primer caso, CC OO y UGT, mayoritarios en el comité, han defendido el pacto directo con la patronal; en el segundo, los trabajadores han decidido movilizarse ante una operación especulativa y de deslocalización de la marca alemana.
Finalmente, las movilizaciones laborales se han hecho muy presentes en empresas como Durex en Rubí, dónde la marca de preservativos quiere cerrar la fábrica aunque, según los trabajadores, su nivel de productividad es muy elevado. También el sector de los quioscos de Barcelona mantiene una dura lucha contra las exigencias y los precios de las distribuidoras.
Lluc Salellas Vilar